Euphorbia pulcherrima. Las cosas por su nombre y a cada cual lo suyo: Centroamérica y, más concretamente, México se confirma como patria chica, o La Casa de estas Flores. Existen más de 100 variedades cultivadas de la especie. Aunque a diferencia de los magos de Oriente, las rojizas plantas navideñas proceden en su mayoría del otrora far west andaluz.
Oigo por la radio que en los « invernaderos de la árida y desértica Almería, en la última década casi han triplicado su producción hasta alcanzar los 3,5 millones de plantas » Su cultivo requiere de una fuerte irrigación en vísperas de un nuevo año que acabará por confirmar la alerta por sequía en la provincia. A grandes males y puestos a hacer la Pascua, que sea por todo lo alto.
Con una temperatura entre 15 y 22 grados, la conservación de la planta requiere de lugares luminosos pero sin exposición directa. Y luego a poner velas hasta que, recogido el belén y el preceptivo arbolito de plástico, alguien repare en la lánguida flor de un día.
Si los consejos no surten el efecto deseado sobre la malograda planta, siempre nos quedará encomendarnos al milagro de la naturaleza. Será asi como la madre de todos los ciclos nos recuerde lo evidente: el compost es una alternativa ante nuestros desmanes navideños, y moraleja de perogrullo para este post. Felices y sostenibles fiestas. Nos leemos; de Pascuas a Ramos.








