«𝑳𝒂 𝒇𝒆𝒍𝒊𝒄𝒊𝒅𝒂𝒅 𝒆𝒔 𝒔𝒂𝒃𝒆𝒓 𝒖𝒏𝒊𝒓 𝒆𝒍 𝒇𝒊𝒏𝒂𝒍 𝒄𝒐𝒏 𝒆𝒍 𝒑𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒊𝒐»
Dicen que la cita corresponde a Pitágoras y tiene de bueno que se puede emplear tanto para abrir como para cerrar un artículo. También para glosar toda etapa llevada a término u otra en ciernes. Una frase que simboliza equilibrio y agradecimiento en el impasse ante un cambio de ciclo.
En realidad me apetecía algo discreto. Un hasta pronto y deseos sinceros de buena suerte. No fue así. Sus voces me tararearon melodías de Fito para estimular las ganas de volar entre cafés con tres de azúcar, globos, cursos de protocolo y la velada constatación de que tengo más tics que un catador de vinagre. Dicho lo cual, no tengo palabras para agradecer las muestras de cariño y afecto que son recíprocos.
La decisión no era fácil. Probablemente resultaría más sencillo quedarse que partir y abrir una nueva etapa, aunque esto tampoco suponga una despedida. Al menos ya no lo veo así. La naturaleza nos enseña que los cambios son cíclicos. Y de eso van también los grandes y pequeños cambios que debemos asumir a lo largo de nuestra vida: cambios individuales y colectivos; cambios locales y globales.
Internet está repleta de frases inspiradoras, de citas de matemáticos griegos y filósofos de Samos que se adelantaron en 2500 años a estas cuatro líneas de agradecimiento. En realidad, las grandes verdades acostumbran a presentarse a ras de suelo. Lo leí hace apenas unas semanas en el contrapeso de una carpa: «Nada permanece» o dicho de otro modo…
«𝑳𝒂 𝒇𝒆𝒍𝒊𝒄𝒊𝒅𝒂𝒅 𝒆𝒔 𝒔𝒂𝒃𝒆𝒓 𝒖𝒏𝒊𝒓 𝒆𝒍 𝒇𝒊𝒏𝒂𝒍 𝒄𝒐𝒏 𝒆𝒍 𝒑𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒊𝒐» 😉
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