Día 30. De junio queda tan poca tela que cortar como en un ‘vaquero tanga‘. «¡ Eso te da para un artículo!» -me sugirió con sorna un amigo muy concienciado con la perspectiva trasera del género allí expuesto. Con lista de espera, la broma le cuesta 140 euros a toda candidata a Ecce Homo Donna. Pero sin perder el hilo de esta maltrecha costura, ¿qué tendrá que ver el culo con las frías témporas de 2018? Casualidades de la moda estival y causalidades de la política, pues como en el popular cuento de Hans Christian Andersen, fue en junio cuando el empperador desnudo (sic) hubo de reconocer que gobernaba en paños de minoría.
Amanece en España; anochece en Santa Pola. Lo hace ahora con un gobierno surgido de los jirones judiciales del PP y el amor no correspondido de los modistos jeltzales. A pesar de hilvanar juntos el presupuesto, Aitor bajó de su tractor para versionarle a don Mariano aquello de que paso de tu grano y ahora medro junto a Pedro. Aquel soleado -para variar- día de mayo, el PNV le recordó al ex que era uno de tantos, un rollete pasajero y que de bordar la legislatura ya tal. A punto de deshilachar el bies, M.Rajoy aprovechó 8 horas de su mandato para tomarse las del estribo, cincha y guardapiernas hasta pimplarse lo de 6.000 pesetas en güisqui junto a Cheli, Dolores y Fátima. Tras su última copa, acabó crucificado un viernes y cuenta el Evangelio (Juan 19, 23-24) que los 6 candidatos tomaron luego su túnica, «la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo -pues sastres nunca faltaron al PP como bien sabe Camps-. Entonces dijeron entre sí: no la partamos, sino echemos suertes sobre ella» Y fue así cómo se obró el milagro de las primarias populares, donde de 800.000 panes afiliados apenas se cuentan 66.384 peces inscritos.
Los socialistas reposan ya sus plebeyas posaderas en la bancada azul tras fumarse la pipa de la paz con Coleta Morada y exprimir al CISmático Rivera. Éste último se apresura a rasgar sus vestiduras al comprobar que el barro salpica supuestamente al PSPV. Mientras, en las puertas del cielo, a bordo del Falcon presidencial, Sánchez luce gafas de sol para sucumbir también a la moda. No fue el único. En la pasarela Moncloa lucieron nuevas carteras. Ministros los hubo menos y efímeros, de etiqueta –bajo suela– y fraude fiscal amplificado por la envidia e hipocresía propias del gremio. Mayoritarias en el consejo, ellas serán quienes se ocupen de marcar con tiza un nuevo patrón de igualdad real al tiempo que visibilizan su labor en espacios de decisión. Socialistas o no, lo de más es que sean ellas, mujeres, quienes trituren viejos arquetipos; dejen nuestras vergüenzas colectivas al aire; y liquiden viejos modelitos de opresivo corsé o neoliberadores ‘vaqueros tanga’, el clásico cuento con hechuras de timo.
“Ignora que todos los cuentos son mentiras, aunque no todas las mentiras son cuentos.”
C. Ruiz Zafón
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